¿Se han planteado donde pasar las próximas vacaciones de Carnavales? Ahí va una idea, los carnavales en la isla de La Palma, Canarias, y especialmente el Día de los Indianos que se celebra cada lunes de carnaval, y, que transforman a Santa Cruz de La Palma, la capital de la isla, en un gran teatro al aire libre. Lo imprescindible en esta fiesta, vestir de blanco, eso sí, al más puro estilo de los inmigrantes ricos llegados de Cuba y un bote de polvos de talco.
El Día de Los indianos se ha convertido en los últimos años en una fiesta de carnaval diferente al resto de las fiestas carnavaleras de Canarias. La Palma fue una de las islas de donde más emigrantes partieron rumbo a Cuba y Venezuela en los primeros años del siglo XX. Años más tarde, esos mismos emigrantes regresaron a la isla, eso sí, con mucho más dinero en sus bolsillos. Y es eso precisamente lo que recrea esta fiesta. Los Indianos de La Palma es una gran parodia llevada a nuestras calles y en la que participan todos los palmeros dando vida a aquellos inmigrantes que volvieron a su pequeña isla con más dinero del que partieron.
Así que imaginen, indianas e indianos porque ese es el nombre con el que en La Palma se conoce al emigrante rico, que desfilan por las calles de la capital haciendo gala de sus mejores vestidos y ostentación de sus riquezas mientras todas sus maletas son llevadas por el servicio. Y es que el vestuario es pieza clave en todo este teatro; para las mujeres, es indispensable los trajes de época en color blanco o beige y con algún aporte de color. Las blondas y los encajes caracterizan este tipo de vestido de época. En la cabeza, pamelas adornadas con flores, un atuendo que termina por completarse con sombrillas de encajes y abanicos. También los caballeros hacen ostentación en lo que a su vestuario se refiere. Para ellos, la guayabera, una camisola de época de manga corta o larga, con una alforza, es un must que rematan con pantalones blancos. o de tela también de color blanco. Un vestuario al que los indianos añaden además, las típicas maletas y baúles llenos de las riquezas obtenidas durante su estancia en Cuba, portando, de igual modo, jaulas con loros y, finalmente, billetes que siempre deben estar a la vista mostrando la fortuna lograda.
Y si el vestuario es clave e indispensable para disfrutar al máximo de ese día, otro elemento sin el que no debe salir a la calle es el bote de polvos de talco. El Ayuntamiento de la capital reparte entre el público miles de botes, que se han vuelto insuficientes año tras año ante la masiva afluencia. Pero ¿por qué talco? Son muchas las historias que circulan sobre este motivo; la más extendida habla de un barco que atracó en el puerto de Santa Cruz. A bordo indianos que regresaban a su isla pero también un cargamento de harina; al depositarlos en el suelo, los sacos se rompen “enharinando” a los ricos inmigrantes, produciendo, eso sí, muchas risas entre los vecinos de S/C que vieron como aquellos nuevos ricos perdieron, en pocos minutos, su recién adquirida elegancia.
Pero no siempre ha sido así, durante una etapa en la isla, igual que en el resto del territorio nacional, los carnavales no se celebraban. Tan sólo los llamados “bailes de invierno”. Fue en los años 60, cuando un grupo de amigos en Santa Cruz de La Palma decidieron interpretar esta curiosa parte de nuestra historia en la calle.
Supongo que nunca imaginaron que 40 años más tarde, Los Indianos se convertirían en la mejor carta de presentación de los carnavales palmeros, y, al que, cada vez más, acuden turistas de todos los puntos de Europa con la única idea de pasar un día de carnaval totalmente diferente a lo que, hasta ahora, conocían. Y es que cada rincón de la capital se convierte este día en una pequeña réplica de la Perla del Caribe, siendo además, uno de los carnavales más seguros del mundo.
Así que ya saben, si aún no tienen decidido su destino para los próximos carnavales, vengan a La Palma. Participen y experimenten del espíritu de los indianos convirtiéndose durante, al menos un día, en una indiana o en un indiano, y, participen en una fiesta única en Europa.