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Puerto del Rosario, Fuerteventura en su capital

La expansión del turismo nacional e internacional hacia la isla de Fuerteventura ha supuesto para Puerto del Rosario un notable impulso modernizador. Puede considerarse la puerta de entrada a la isla así como el corazón de la vida cultural y social. Ejerce de localidad anfitriona por ser centro administrativo de la isla, también agrupa a la casi mitad de la población majorera y es la sede de las principales instituciones isleñas.

Quedan ya lejos los orígenes como puerto principal de Fuerteventura para el comercio del ganado y de productos típicos de la economía local como lo fueron la barrilla y la orchilla. Hoy la isla de Fuerteventura ofrece una potente infraestructura hotelera y de ocio que pone en valor recursos naturales y culturales especialmente apreciados por el competitivo sector del turismo.

El puerto marítimo y sobre todo el aeropuerto situados en su término municipal convierten a Puerto del Rosario una visita obligada para cualquiera que tenga en la agenda un viaje a Fuerteventura. En los alrededores se ha desarrollado una viva actividad comercial que pese a la pequeña población local muestra una pujanza y una variedad en productos sorprendentes.

Destacan en Fuerteventura los paisajes amplios y luminosos, una singular, adaptada y atractiva arquitectura popular de la que el municipio de Puerto del Rosario adelanta una muestra muy representativa. Allí es fácil apreciar para el visitante un ambiente social acogedor y sobre el inicio de un periplo por una abundancia casi infinita de playas donde desconectar del estrés de la vida diaria.

Fuerteventura es un destino turístico de fuerte personalidad por los contrastes que presenta frente al origen geográfico mayoritario del público de fuera que ha compartido momentos con la población majorera. La variedad de nacionalidades, lenguas y culturas que anualmente disfrutan de la hospitalidad de Fuerteventura han propiciado, sin perder las esencias tradicionales, una sociedad avanzada y cosmopolita

Con una climatología envidiada por las temperaturas agradables y estables todo el año, un modo tradicional de vida que tiene su eje en el trato amable y una forma natural de concebir el tiempo se abre un amplio espacio de posibilidades lúdicas y de relax para el visitante. Y en una isla así Puerto del Rosario hace de cabecera y estandarte urbano de toda la isla.

El descanso de sol y playa, los deportes populares como el surf, el golf, o el submarinismo y las instalaciones culturales o recreativas como parques escultóricos o parques acuáticos forman un conjunto irresistible regalan a quien llega el primer contacto en este luminoso balcón oceánico de Fuerteventura.

De núcleo comercial a eje de comunicaciones

La intensa vida social y el colorido de plazas, calles y mercados que hoy pueden verse en Puerto del Rosario tienen una historia que contar. Esta localidad ha logrado la capitalidad de Fuerteventura por constituirse a principios de siglo XIX como puerto principal para dar salida a los excedentes ganaderos y agrícolas dentro una economía de supervivencia.

Este primer papel económico ha evolucionado para formar un importante nodo de comunicaciones terrestres en una isla con muchos kilómetros de litoral y poca población. Desde Puerto del Rosario parten dos vías fundamentales para isleños y visitantes. La carretera hacia el norte que pasa por La Oliva y finaliza en Corralejo. Y hacia el sur se comunica con Pájara y Tuineje hasta llegar al extremo sur de la península de Jandía.

El aeropuerto de Fuerteventura situado en el término municipal ha terminado por consagrar este papel esencial para el transporte y la organización territorial de la isla. También concentra buena parte de la vida cultural y de ocio de Fuerteventura.

Las festividades más destacadas son las de la Virgen del Rosario y aún más conocido el animado carnaval que cada año atrae a un número creciente de seguidores. Estas festividades se complementan con otras específicas de poblaciones concretas del municipio pero con un gran arraigo popular.

En el centro urbano se puede visitar la Casa Museo Miguel de Unamuno que guarda el recuerdo de la obligada y breve estancia de este personaje esencial en el pensamiento Español del siglo XX. Los textos sobre Fuerteventura en general y Puerto del Rosario (si bien el nombre en aquel entonces era Puerto Cabras) que ha dejado este importante pensador son una aproximación autorizada a este paisaje singular y único.

La austeridad y las sensaciones de lejanía dieron al autor del sentimiento trágico de la vida un entorno ideal para la reflexión sobre las ideas que acompañan los elementos básicos de la vida y le dan sentido.

El Centro Urbano gira entorno a la actividad comercial de las calles aledañas a la Calle León y Castillo muy cerca del puerto. Por esa zona están situados los principales servicios públicos de la localidad.

Para ver una preciosa estampa sobre las construcciones tradicionales de la isla es casi obligado dirigirse hacia el interior, en la población de Tefía, donde se encuentra su famoso molino de viento con una preciosa ermita en sus inmediaciones.

No muy lejos hacia el sur está el pueblo de La Ampuyenta está la antigua ermita del siglo XVII que honra a San Pedro Alcántara declarado monumento Histórico Artístico y Bien de Interés Cultural. Destaca por el mismo motivo al sur de la Vega de Tetir la Iglesia de Santa Ana conocida también por iglesia de Casillas del Angel construida en el siglo XVIII.

Tres playas de Puerto del Rosario

Las playas son en Fuerteventura el recurso paisajístico que obtiene del público la respuesta más universal y unánimemente afirmativa. Las posibilidades para el ocio los 327 kilómetros de costa son variados e incontables. Si necesidad de salir de la localidad de Puerto del Rosario podemos destacar especialmente estas tres:

Playa Blanca (no se debe confundir con una playa homónima del sur de la isla de Lanzarote). Es una playa muy próxima a la zona del aeropuerto. Es una playa de gran superficie y de fácil acceso. Con servicios de todo tipo y cuenta con una arena blanca capaz de formar dunas.

Es una playa ideal para pasear y para disfrutar de un momento de playa sin salir muy lejos de muchos hoteles y urbanizaciones que se sitúan en sus alrededores.

Playa de Puerto Lajas . De arenas negras y callaos está a poca distancia del centro urbano de Puerto del Rosario. De una longitud de casi un kilómetro y una anchura media de unos 15 metros dispone de una gran variedad de servicios para actividades deportivas y de atención para los más pequeños del hogar.

En las inmediaciones de playa de Puerto Lajas puede observarse una gran variedad de vida marina y de aves por lo que para los aficionados a la observación de la vida natural es sin duda un aliciente añadido.

Playa de los Pozos. Es una playa muy céntrica y que después de una reciente remodelación cuenta con todos los servicios que pueden esperarse de un atractivo foco para el turismo de baños de mar y de sol. Destaca la blancura de la arena, excelentemente equipada, de agua cristalina y a pocos metros del centro urbano de Puerto Rosario. Nada mejor para no perder ni un segundo en desplazamientos.

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Cofete, un rincón mágico para la tierra y el océano

Cuando hablamos de la playa de Cofete surgen en la conversación impresiones muy subjetivas,  las interpretaciones dejan volar la imaginación y se desbordan. Esto es habitual en los entornos naturales con una imagen tan poderosa que un mínimo indicio fotográfico es suficiente para identificarlos y poder asignarles su apelativo.

El nombre de esta playa emblemática de Canarias marca una diferencia que, sin género de dudas, distingue entre millones de otros emplazamientos con características geográficas similares. Un arenal y el mar pueden combinarse de mil maneras posibles, solo unas pocas alcanzan una categoría que las hace únicas.

Esta privilegiada singularidad se da claramente en la playa de Cofete situada al sur de la isla de Fuerteventura hacia su vertiente más occidental. Forma parte del parque natural de Jandía que tiene una extensión aproximada de 140 km cuadrados. Este parque es el resultado de millones de años de evolución natural. Y este proceso geológico y biológico tiene un protagonismo absoluto hasta su realidad actual.

El océano alimenta en último término un gran número de endemismos botánicos y especies animales protegidas. La playa de Cofete ofrece 14 kilómetros para este diálogo entre los elementos más esenciales que hacen posible de la vida sobre la tierra.

Para llegar a la playa de Cofete hace falta poner en marcha la voluntad de conocimiento del posible visitante. Es decir, no podrá encontrar casualmente esa playa circulando  por las vías de comunicación terrestre más transitadas.

Es necesario llegar al extremo sur de la isla en Morro Jable a la altura de su puerto deportivo para desde ese punto cruzar hacia el otro lado de la península de Jandía por una vía secundaria de trazado sinuoso y con pavimentación irregular. Es el último paso que se debe vencer la elevación del macizo montañoso de Jandía  que une o separa la playa del resto del parque natural. La pequeña dificultad de acceso se ve recompensada con creces al ver por fin la otra vertiente marítima.

Lo primero que llama la atención es la amplitud de la playa. La vista se pierde entre una paleta de colores que recorren toda la gama propia los suelos de arena en el abundan materiales volcánicos. Pasamos de los tonos cálidos amarillentos propios de la arena hasta el gris azulado típico de las cenizas volcánicas.

En los 14 km de longitud por 50 metros de anchura media se produce un cadencioso encuentro entre el océano y la tierra firme surgida por la actividad volcánica. El ritmo de las olas invita con su profundo rumor al gozo de la contemplación atenta.

La vida de cientos de especies animales y vegetales se ha adaptado a este entorno minimalista en materiales pero rico en colores, formas y sobre todo espacios. Se ha intentado la introducción de la tortuga marina y es posible que se sume a las especies arraigadas en este parque natural.

Las fuertes corrientes que se producen en la zona desaconsejan en muchos casos el baño. Cofete es una playa para pasear y dejarse envolver en un entorno que parece surgir de los primeros momentos del planeta. El lugar ideal para una jornada de inspirado contacto con los elementos más esenciales de la vida.

 

Valores paisajísticos y ecológicos

La isla de Fuerteventura en su conjunto ha sido declarada reserva de la biosfera por la UNESCO. La incorporación de espacios naturales a un catálogo oficial en un organismo de carácter internacional supone un reconocimiento de méritos exclusivos que atesora.

Dentro del parque natural de Jandía se refuerza aún más si cabe este papel de reserva de la biosfera. El valor patrimonial como libro abierto para el estudio de las ciencias de la tierra y la compatibilidad con ser un destino turístico convirtiéndose de esa forma en un recurso territorial.

Desde el Roque del Moro hasta el islote de las Siete Viudas hay perfil muy uniforme de línea de cosa. Los grandes arenales y la pequeña cordillera de montañas que majestuosamente los flanquean. Allí la playa de Cofete espera a los enamorados de la naturaleza para regalar una visión nueva del mundo. La que quizás se necesita para desconectar del ritmo vertiginoso de nuestra forma actual de vida.

Para el visitante estas consideraciones culturales quedan eclipsadas por la magia del momento de sentirse un testigo de la naturaleza en sus estampas de magnificencia más lograda.

 

Un escenario propicio para la creatividad literaria y el cine

La isla de Fuerteventura en su conjunto ha entrado en los argumentos de un gran número de novelas. Más allá de las descripciones que ya hiciera en sus meses de destierro en la isla majorera podemos situarnos en tiempos más cercanos a la actualidad.

Podemos citar a tres escritores que se fijaron especialmente en Fuerteventura para trazar en su suelo tramas que van desde la ficción histórica al thriller psicológico. En todos los casos fueron superventas y en mayor o menor medida la playa de Cofete y en especial la casa o villa Winter.

Alberto Vázquez-Figueroa obtuvo uno de sus éxitos editoriales con una novela titulada Fuerteventura. El argumento se sitúa en la segunda guerra mundial cuando Fuerteventura figuraba como punto estratégico y avituallamiento para el control del tráfico marino en el Atlántico.

Vázquez-Figueroa hace un fresco trepidante de una época marcada por la lucha entre servicios secretos y la disputa abierta entre visitantes extranjeros, con sus historias personales, dentro de misiones de carácter bélico en tiempos de guerra. Cofete y la casa Winter aparecen así en muchas de las páginas de esta novela (Fuerteventura, 1999).

Lucía Etxebarría en su novela «El contenido del silencio» (2011) describe una historia que se inicia con una misteriosa desaparición que involucrará en la búsqueda a la familia. Seguirán los pasos de Cordelia para saber que ha sido de ella contemplando la posibilidad de un suicidio ritual en el marco del ambiente cerrado de una secta.

La segunda guerra mundial vuelve aparecer en estas páginas para situar antecedentes de  esta historia. Lucia Etxebarria se sirve del escenario solemne, simple y misterioso que se abre en playas como la de Cofete y la villa Winter desde cuya torre parece ser testigo de muchas claves sobre misterios que llegan como olas desde el pasado turbulento de la segunda guerra mundial hasta un inquietante presente.

Por último Thomas Rydahl fue premiado como autor de la mejor novela danesa del 2015 con «El ermitaño». La aparición del cadáver de un bebé en una playa de Fuerteventura. No se trata explícitamente de Cofete pero en muchas de sus descripciones pueden encontrarse el efecto de ese paisaje tan particular en la psicología de los protagonistas.

Un misterioso taxista será la pieza clave para la resolución del caso. La peculiaridad de su psicología y el ambiente recreado de la costa de Fuerteventura forman en la novela de Rydahl una amalgama que ha hipnotizado a miles de lectores. La versión cinematográfica de la novela colará las imágenes de Cofete en millones de salas de cine  y hogares.

Con estos precedentes no es extraño que los productores de nuevas secuelas o precuelas de La Guerra de las Galaxias se hayan detenido en Fuerteventura para los exteriores.

La playa de Cofete seguro que facilitará el trabajo de los creadores de efectos especiales al proporcionar un material natural que impacta como la más sofisticada de sus creaciones digitales

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Recorrido por La Oliva salvaje, divertida y monumental

La Oliva es uno de esos sitios a los que viajo ilusionada y deseosa de descubrir por lo que promete. Un lugar, sin temor a exagerar, perfecto y completo para disfrutar de un recorrido por su historia, su naturaleza salvaje, exquisita gastronomía y una increíble oferta deportiva y de ocio.

Más de veinte playas paradisiacas dibujan la costa de este municipio situado al norte de Fuerteventura. Finísima arena blanca y aguas transparentes pintan el litoral de intensos tonos turquesa en los que zambullirse, practicar surf, windsurf, buceo o pesca. Me recomiendan especialmente la playa de El Cotillo por su pintoresco pueblo marinero, orientado especialmente al turismo y famoso por el pescado fresco que capturan a diario los pescadores locales. Hacia el norte me sorprende un reconfortante paisaje, la playa de La Concha, protegida por un arrecife natural que abriga sus aguas para disfrute de los bañistas amantes de las aguas tranquilas.

Las dunas de Corralejo han sido declaradas nada menos Parque Natural por su importancia medioambiental. Hay que ir a verlas, son impresionantes. Su arena procede de conchas y moluscos pulverizados que cubren unos ocho kilómetros de sinuosa costa entre niveles que llegan hasta los cincuenta metros de altura. Me cuentan que en ellas se celebra el Medio Maratón Internacional de Dunas de Fuerteventura, y en noviembre el Festival Internacional de Cometas, beneficiado por los vientos alisios. Su exotismo propicia un plató natural, convirtiéndose en referente mundial para rodaje de películas y spot publicitarios, sobre todo en el kilómetro 21.

En frente se distingue la silueta de La Caldera, el volcán que formó la Isla de Lobos hace unos ocho mil años. También forma parte del Parque Natural de Las Dunas. Llego en barco en barco desde el puerto de Corralejo y observo que otros viajeros cruzan en su propia embarcación. Decido recorrer el islote en bicicleta. Está atravesado por senderos bien marcados y con indicaciones de los puntos de interés, aves y flora que no vemos de forma cotidiana, precisamente. Disfruto del paseo y descubro que el Islote es un lugar ideal para pasar un día de playa en sus preciosas calas brillantes. Sus fondos marinos son áreas de reserva submarina depositarias de una gran riqueza ecológica. Me resulta sorprendente que un lugar tan pequeño, de 4,5 kilómetros cuadrados, fuera tomado por los romanos para obtención de púrpura extraída de los moluscos. Los tejidos teñidos con este producto eran considerados objetos de lujo y distinción social en el Mundo Antiguo.

De regreso me entregan un folleto que despierta vivamente mi interés: «Rutas Teatralizadas para sumergirnos en la apasionante historia de La Oliva de la forma más auténtica, didáctica y amena«. Continúo leyendo: «Acompaña a Doña Sebastiana y Don Agustín en sus andanzas a través de los vestigios de los siglos XVIII y XIX: El Mueso de la Cilla, la Iglesia de La Candelaraia, La Casa de los Coroneles, el Centro de Arte Canario Casa Mané, y el Mercado de las Tradiciones, que serán los escenarios de este particular viaje en el tiempo«. Aquí pone que esta Ruta de los Coroneles se representa los martes y viernes, de 10,00 a 14,00 horas, desde la plaza de la iglesia, en español, inglés, francés y alemán.

Antes de ir, porque esto también hay que ir a verlo, me informo un poco. Los Coroneles de Milicias se convirtieron en auténticos señores territoriales durante los siglos XVIII y XIX. A su enorme poder se debe que el pueblo de La Oliva albergue estas singulares edificaciones. La Casa de la Cilla, antigua depositaria de los diezmos, alberga el Museo del Grano. La Iglesia de la Candelaria está declarada Bien de Interés Cultural (BIC). La Casa Mané acoge el Centro de Arte Canario que lleva su nombre, donde exponen artistas canarios contemporáneos. En la Casa del Coronel se ubica el Mercado de las Tradiciones; aquí se comercializan productos del sector primario y la artesanía de Fuerteventura. Por último, y la más conocida, la Casa de Los Coroneles; es el máximo exponente de la arquitectura civil de la Isla majorera. El conjunto está declarado Monumento Artístico Nacional y se destina a centro cultural. También alberga la exposición permanente que repasa el papel de los coroneles de milicias en Fuerteventura.

Tanto estímulo me despierta el apetito. Estoy en el sitio adecuado. En La Oliva existen más de cien restaurantes especializados en satisfacer los paladares más exigentes. Me pongo a buscar y encuentro ofertas de todo tipo, desde comida típica canaria hasta los platos más conocidos de la cocina internacional. En la costa los productos que se ofrecen parecen más ligeros que en el interior del municipio. Sus recetas te seducen con sabores naturales elaborados con productos de primera calidad. Productos bien conocidos en esta tierra, como son el queso de cabra y el pescado de anzuelo, también se adaptan a los nuevos tiempos convirtiéndose  en los elementos más sugestivos de recetas vanguardistas. Me reconforta encontrar también los tradicionales pucheros, los guisos de carne majorera y la carne de cochino hecha en fritura, junto con los ejemplares del mar que siempre han estado en nuestra mesa: meros, pulpo, morena, sargos, cabrilla o las deliciosas viejas.

No puedes venir a La Oliva dejar de visitar el Monumento Natural de La Montaña de Tindaya. Existe una ruta de poco más de dos kilómetros, con un recorrido de casi dos horas, de una dificultad calificada de mediana-baja. Para ascender hay que solicitar un permiso a la Consejería Medioambiente del Cabildo de Fuerteventura, aunque según me dicen el trámite también puede realizarse en la Tenencia de Alcaldía de Corralejo. Tindaya, con una altitud de más de 400 metros, tiene tres protecciones distintas: como espacio natural, zona arqueológica y por su valor geológico. Los podomorfos de Tindaya, inscripciones en piedra relacionada con la cultura bereber del norte de África, están declarados Bien de Interés Cultural (BIC).

A esta completa oferta de posibilidades para desarrollar nuestros sentidos, se suma que nos encontramos en el principal centro de vida nocturna de Fuerteventura. Corralejo presume  de un ocio nocturno más que apetecible con disco-bar, pubs británicos, discotecas, música en vivo y el refugio, que tanto se agradece, de los bares típicos.